miércoles, 27 de enero de 2016

LA TEORÍA DEL DERRAME. MORIR DE PELOTUDEZ








Puedo entender cómo funciona el mundo. Más o menos. Pero no puedo entender el por qué.
Porque resulta que la política liberal le da el poder al mercado, que son unas empresas que son las que toman las decisiones con el objetivo de enriquecerse.
Pero ¿qué es enriquecerse? Tener más dinero. Pero el tema es que ni siquiera ese dinero existe: esa riqueza es virtual. Este no es un concepto romántico. Esto de “nada te llevarás a la tumba”. Cuando digo que es nada, es realmente nada.
O sea: el dinero no existe. Cuando se dice que una empresa tiene una determinada cantidad de dinero, es pura virtualidad. Pero como lo creemos, se vuelve real.
Yo tengo un pequeño departamento. Pequeño pero mío.            
Pero: ¿qué es lo que tengo? Un espacio en un edificio que alguien en un papel puso que es mío y que otro individuo que convencionalmente se llama escribano y al que convencionalmente le hemos dado el poder de fedatario dice que me pertenece, porque yo le di a otro individuo que afirmaba lo mismo,  unos papeles llamados billetes o bien una transferencia online de nada, con la que me hago acreedora de este espacio que me alberga.
Ridículo. Pero lo aceptamos.
Esto parece gracioso, o un juego de palabras. Pero por esto, muere gente todo el tiempo de hambre. ¡Y mierda: no hay nada más vergonzoso que morir de hambre!
La teoría del derrame, dice más o menos, que si los ricos juntan plata, o sea, nada, esto en algún momento rebalsa y se derrama para los pobres. Aún si esto fuera cierto sería una inmundicia.  Siempre me dio asco tomarme “el mezcladito”.
Cuando me pongo a pensar en los grupos económicos internacionales, en la famosa globalización y en presidentes de países emergentes poniéndose a su servicio, me pregunto por qué lo hacen. No sé cuál es el beneficio. ¿Es destruir al otro por beneficio personal? ¿O creen realmente en que esto le sirve a la gente? ¿Los poderosos del mundo son gentes preclaras y perversas que buscan destruirnos o son idiotas? 
A veces me pregunto si todo esto es en serio. Claro. Yo me lo pregunto porque morfo, porque puedo sentarme en esta puta computadora a escribir, porque estudié y porque seguramente me anda sobrando tiempo para boludear. Pero todos los días mueren niños, y hombres y mujeres, de hambre, de guerra, de avaricia, de pelotudez, que es todo lo mismo.
 Se está corriendo detrás de algo que es la misma nada y yo en esa maratón no me anoto.
Y me voy haciendo a un lado, hermano, porque me van a atropellar si me quedo aquí parada atónita en el medio del camino.





lunes, 25 de enero de 2016

Hay negros en la piscina. LA TUPAC AMARU

Disculpe señor, pero hay negros en la piscina”







Todos estos  años, juro que lo único que  yo sabía era que la Tupac Amaru era un grupo que se juntaba en la esquina de mi laburo, y que cada tanto salían a joder con los bombos. No lo digo con orgullo, claro.
Sólo la detención de Milagro Sala me hizo estudiar los orígenes, motivaciones y evolución del movimiento.
Ahora te pregunto: ¿Vos viste la obra que ha hecho la Tupac en Jujuy? Un lugar con casas decentes, hechas por ellos mismos, o sea con un doble objetivo social: trabajar y habitar. Hubo  excedente de dinero; entonces se hicieron fábricas con las que abastecieron las obras, y ahí bajaron más los costos y hubo más excedente, y hubo colegios primario y secundario,  y terciario, y hubo centros de salud, y esto que es lo que  más molesta: ¡hubo  pileta!  Pero no pileta de pobre, así nomás, hubo parque acuático, con dinosaurios que parecen toboganes.
O sea: pensado desde todos lados: no sólo comida, también laburo, también  estudio, y los niños que se deslizan por dinosaurios. Eso es vislumbrar la dignidad humana. Y claro: eso ofende. Entonces ensuciemos a su dirigente diciendo que es una chorra, ellos tan cristianos. Negros patasucia! Yo no tengo pileta, ni dinosaurios para deslizarme!
¿Milagro Sala se quedó con dinero? ¿Hubo asociación ilícita? ¿Hay blanqueo de dinero del narcotráfico? No lo sé. Los que las tengan, que presenten las pruebas para terminar con esta presunción de culpabilidad (perdón, ¿no era de inocencia?)

Mientras tanto no seamos hipócritas: lo que jode es que en Jujuy  se llenó la piscina de negros.