Puedo
entender cómo funciona el mundo. Más o menos. Pero no puedo entender el por
qué.
Porque
resulta que la política liberal le da el poder al mercado, que son unas
empresas que son las que toman las decisiones con el objetivo de enriquecerse.
Pero ¿qué es
enriquecerse? Tener más dinero. Pero el tema es que ni siquiera ese dinero existe:
esa riqueza es virtual. Este no es un concepto romántico. Esto de “nada te
llevarás a la tumba”. Cuando digo que es nada, es realmente nada.
O sea: el
dinero no existe. Cuando se dice que una empresa tiene una determinada cantidad
de dinero, es pura virtualidad. Pero como lo creemos, se vuelve real.
Yo tengo un
pequeño departamento. Pequeño pero mío.
Pero: ¿qué es lo que tengo? Un
espacio en un edificio que alguien en un papel puso que es mío y que otro
individuo que convencionalmente se llama escribano y al que convencionalmente
le hemos dado el poder de fedatario dice que me pertenece, porque yo le di a
otro individuo que afirmaba lo mismo,
unos papeles llamados billetes o bien una transferencia online de nada,
con la que me hago acreedora de este espacio que me alberga.
Ridículo. Pero lo aceptamos.
Esto parece
gracioso, o un juego de palabras. Pero por esto, muere gente todo el tiempo de
hambre. ¡Y mierda: no hay nada más vergonzoso que morir de hambre!
La teoría
del derrame, dice más o menos, que si los ricos juntan plata, o sea, nada, esto
en algún momento rebalsa y se derrama para los pobres. Aún si esto fuera cierto
sería una inmundicia. Siempre me dio
asco tomarme “el mezcladito”.
Cuando me
pongo a pensar en los grupos económicos internacionales, en la famosa
globalización y en presidentes de países emergentes poniéndose a su servicio,
me pregunto por qué lo hacen. No sé cuál es el beneficio. ¿Es destruir al otro
por beneficio personal? ¿O creen realmente en que esto le sirve a la gente? ¿Los
poderosos del mundo son gentes preclaras y perversas que buscan destruirnos o
son idiotas?
A veces me
pregunto si todo esto es en serio. Claro. Yo me lo pregunto porque morfo,
porque puedo sentarme en esta puta computadora a escribir, porque estudié y
porque seguramente me anda sobrando tiempo para boludear. Pero todos los días
mueren niños, y hombres y mujeres, de hambre, de guerra, de avaricia, de
pelotudez, que es todo lo mismo.
Se está corriendo detrás de algo que es la
misma nada y yo en esa maratón no me anoto.
Y me voy
haciendo a un lado, hermano, porque me van a atropellar si me quedo aquí parada
atónita en el medio del camino.
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